Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos». Josué 1:6

Muchas, a lo largo de nuestras vidas, hemos sido heridas y nuestro corazón ha recibido el impacto de varias caídas. Te aseguro: no estás sola en ese barco. Si hablaras con otras mujeres, te darías cuenta de esta realidad.

El enemigo ha pasado demasiadas décadas tratando de provocar que la voz de guerra y fuerza que Dios puso dentro de ti desde la eternidad sea silenciada. Ha traído escenarios a tu vida que han querido cortar y erradicar tu identidad de leona, la identidad de conquista que por naturaleza nos fue entregada. La identidad de Jesús en nosotras nos empodera para que le des la orden a tus heridas y que comiencen a sanar. Ábrele paso a que las cicatrices comiencen a evidenciarse por el poder de Jesús; ellas se habrán de convertir en lecciones de vida. Recordarás, pero no dolerá, sino que más bien sacarás el arma de guerra que adquiriste cuando sanaste. Está lista para abrirle paso a la sanidad que viene del cielo y está lista para ser liberada a tu favor. Sana y deja que el proceso comience.

Hay un sonido de guerra que el infierno tiene que escuchar. Hay un sonido de victoria que tienes que emitir y tienes que estar sana para poder liberarlo.

Es hora de rugir… La leona tiene que rugir. Despierta a tu nueva temporada de conquista.

Vilmarie