Guíame por el camino correcto,… Enséñame tus caminos, oh Señor,… Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios!” (Salmos 5:8, 86:11, 143:10).

Tan importante es el mantener el curso de navegación según las coordenadas que recibiste inicialmente, como el también estar alerta a las nuevas coordenadas provenientes de la torre central Divina. Recibimos diseños y estrategias de Dios para ciertas temporadas, mas es vital estar alertas a la voz de Dios para nuevas direcciones y modificaciones del diseño.

A veces abrazamos tanto el diseño original, que no podemos reconocer la voz profética que se alza alrededor nuestro. El dueño del diseño es Dios; a los diseñadores les fascina hacer cambios en medio de los procesos para lograr un producto final perfecto. Caminamos en medio de temporadas pasando por desapercibido los cambios que la voz de Dios nos indica. Eso no quiere decir que la temporada estuvo fuera de orden, pero sí que te perdiste de procesos en los cuales pudiste adelantarte aún más a ver el producto final perfecto que el Padre planeó.

Jamás nos volvamos arrogantes ante las voces proféticas que se levantan a nuestro alrededor. Corremos el riesgo de tapar nuestro pozo de sensibilidad ante las nuevas coordenadas que el Espíritu Santo quiere revelarnos. También podemos tapar, sin querer, el pozo de madurar los dones y el llamado de los que nos rodean. Podemos sembrar -en medio de diseños incompletos- semillas buenas. También podemos sembrar -en medio de diseños siendo actualizados constantemente por la voz de Dios- las semillas exactas que nos adelanten en medio de nuestras temporadas. Semillas buenas y semillas exactas no es lo mismo.

Aprender de las temporadas nos hace sabios, ser humildes ante los procesos nos hace madurar y recibir instrucciones en medio de los diseños nos hace crecer. Yo quiero recibir las semillas exactas para mi temporada.

Mi temporada está siendo dirigida hacia nuevas coordenadas, pero más que nunca estoy atenta a la voz del «de repente» de Dios.

Vilmarie