El que es entendido refrena sus palabras; el que es prudente controla sus impulsos». Proverbios 17:27

Hace algunas semanas atrás, renuncié a pasear o, mejor dicho, a navegar por ciertas redes sociales. No sé si a ti te pasa, pero algunas de las cosas que veo y leo por ahí han sido suficientes para alterar mi estado de ánimo y confieso que, en ocasiones, permití que comentarios me robaran la paz y el gozo. Aclaro que las redes sociales no son un problema y que pueden ser una bendición en nuestra vida.

Recientemente decidí «pasear» por «facebook» y qué pena me dio volver a ver cómo hombres y mujeres cristianos, de mucha influencia, se prestan para contestar necedades que la gente les escribe u otros que lo utilizan para compartir «sarcasmo santificado». Qué verguenza ajena ver cómo otros cristianos parecieran deleitarse en mostrarle al mundo su necedad. Pero, ¿sabes algo? Jesús mismo nos enseña en Mateo 5:14-16, que nosotros somos la luz del mundo. Y en el verso 16 nos dejó una encomienda: «hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo».

Es nuestra responsabilidad -como hijos de Dios- ser prudentes en nuestra manera de expresarnos y en lo que compartimos con los demás diariamente. Está claro que nuestro cerebro puede funcionar con claridad y que podemos expresarnos y aportar acerca de temas referentes a la religión, política, economía, educación, etc., pero tu «intelecto» jamás debe opacar la luz de Cristo que debe brillar a través de ti. Tú y yo somos embajaradores y representantes del Reino de los cielos. Y te recuerdo que es un reino inconmovible: «Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente,…» Hebreos 12:28.

El mundo te ve y espera ser alumbrado por el brillo de la gloria del Dios que predicas. Aprovecha tu tiempo y comparte palabra que dé vida, que anime al que está angustiado y alegre al que está triste. Si tu pasión es educar, edúcate y enseña correctamente. Si tu pasión es el arte, crea y comparte lo que has hecho. Regalemos al mundo lo que por gracia hemos recibido de Él.  Que nunca se te olvide que tú eres portadora de gracia y vida.

Lisandra