Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó». Hechos‬ ‭9:40‬

Si pensabas que tu milagro ya estaba muerto, por cada diagnóstico, opiniones externas no deseadas o circunstancias físicas a tu alrededor, te recuerdo, mujer, que no está muerto, sólo duerme; mas ahora a ti te digo: ¡Levántate! Los ruidos a nuestro alrededor opacan el sonido de nuestra fe, ocasionando una parálisis espiritual. Esto no permite que ese milagro que te fue entregado sea manifiesto. Por tanto, es hora de sacar lo que te distrae e interrumpe de lo que el Padre ya dijo.

Cuando Pedro fue hasta la sala donde estaba el cuerpo de la discípula Tabita, que traducido es Dorcas, mandó a sacar a todos. Qué interesante, ¿verdad? «Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor». Hechos‬ ‭9:39-42

Para que ocurra tu milagro tienes que posicionarte distante de los que constantemente te están recordando lo que te falta. ¡Es hora de abrir los ojos! Desde hoy tu milagro es un hecho real en tu vida. Muestra lo vivo que está a los que lo daban por muerto y sin esperanza.

¡Respira vida y manifiesta el milagro!

Jennifer