«Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud.» Gálatas 5:1

Un corazón libre es: libre para amar, libre para soñar, libre para perdonar, libre para volar, libre para sembrar, libre para recibir y libre para dar. La libertad de tu corazón te prepara y te posiciona en el lugar correcto… en las manos del Padre para ser instrumento de Su poder.

No confundas el libertinaje de un carácter sin procesar con la libertad de un espíritu sujeto a Dios. Un corazón libre no tiene reservas en perdonar, en reconocer errores y pasar la página, aprendiendo de ellos sin temor al fracaso. Volverá a intentarlo otra vez porque su libertad reposa en Aquél que lo hizo libre verdaderamente: Jesús.

Un corazón libre tomará la mano de los que le rodean y siempre los llevará a mirar más allá de las circunstancias. Un corazón libre te llevará a mirar qué hay después de la montaña y no se detendrá con la imposibilidad que tenga de frente. Un corazón libre amará sin importar cuántas veces haya sido herido, porque su sanidad proviene del cielo. Un corazón libre es la determinación de vivir en las manos del Padre siendo formada, sin temor a los cambios que el alfarero quiera hacerte. Un corazón libre es un canvas vacío, listo para dar comienzo al inicio de una gran obra maestra por el Gran Artista Soberano.

Así que ábrele paso al Eterno Dios para que te haga libre para vivir el destino glorioso que Él diseñó para ti. Date permiso para vivir en libertad… porque fuiste llamada para ser verdaderamente libre.

Vilmarie